Según un informe publicado estas semanas una de las principales tendencias cloud para el 2018 es que: "el 56% de las empresas tienen intención de mover todos sus procesos de negocio a la nube y que el 93% ya ha migrado algunos en este pasado ejercicio". Esta es la tendencia que hace años un gran número de empresas tienen en su plan de acción. Y me pregunto; si cada año este porcentaje de empresas tienen la intención de mover sus procesos al cloud, ¿cómo es que no están ya todas en el cloud?
Por otro lado las empresas también tienen otro foco de atención, la demanda del backup y la protección del dato, donde hay un gran porcentaje preocupadas por la recuperación de la información. Este es el principal motivo por el que las empresas se planteen el servicio de protección/backup del dato, moverlo en el cloud, siendo así que 9 de cada 10 incrementarán su inversión en el cloud para este 2018.
Pero la pregunta sigue en el aire: ¿Cómo es que no están todas las empresas en el cloud?
Pero la pregunta sigue en el aire: ¿Cómo es que no están todas las empresas en el cloud? La respuesta puede estar en las aplicaciones, en la capacidad de migrar o transformar estas aplicaciones para “moverlas” al cloud y en las implicaciones para el negocio de esta transformación.
Muchas son las cualidades y beneficios que aporta el cloud para una empresa, pero no todas esas cualidades y beneficios, son iguales para todas y no todas tienen las mismas necesidades y no pueden transformar sus aplicaciones para moverlas al cloud.
El cloud es una opción muy atractiva para muchas empresas por la escalabilidad, la velocidad, el pago por uso. Pero una vez migrado el rendimiento de ciertas aplicaciones es muy lento o el coste era mayor de lo esperado.
Uno de los valores de la transformación de las aplicaciones es, la mejora del rendimiento . Las organizaciones que están buscando ser ágiles, se están embarcando es este modelo de innovación, basado en el cloud. Es bastante comprensible que los gerentes de negocios estén ansiosos por conseguir transformar sus aplicaciones, y más comprensible aún que muchos se sienten frustrados por el ritmo aparentemente lento de las TI para hacerlo realidad.
Por ello antes de migrar a infraestructuras como servicio (IaaS) es importante asegurarse que este “movimiento” aportará un valor para el negocio.
El volumen de los datos, el tipo del dato, el tipo de aplicación y cómo la propia empresa trata los procesos de negocio, son unos de los factores a tener en cuenta, para afrontar con seriedad la transformación de las aplicaciones y mover los procesos de negocio al cloud, que en realidad es un entorno dinámico y en constante cambio que impacta en el sentido más amplio del mercado, en todas los procesos de negocio y donde el Data Center está en el corazón de este cambio.
La transformación del datacenter aportará las bases para la mejora y la agilidad de los procesos de negocio.
En un próximo artículo se analizarán los temas relacionados con esta transformación.